Cumanday, el león dormido.
Por: Gonzalo Duque-Escobar*
El Ruiz, llamado por los
indígenas Quimbayas Cumanday – que significa “blanco hermoso”-, ubicado al sur
del Páramo de Erbé o Mesa de Herveo en época de la Colonia, es una de las estructuras
volcánicas activas más conocidas de Colombia, que hoy lleva el nombre del dueño
de la encomienda de Pampaná en Chinchiná, y cuya cumbre de lavas andesíticas
ubicada a los 4°53’N y 75°19’W, llega a los 5330 m snm.
De sus glaciares se alimenta una
red hídrica que discurre por los dos flancos de la Cordillera Central: hacia
Caldas por el poniente, el río Claro y las quebradas Nereidas y Molinos, y
hacia Tolima por el naciente, los ríos Lagunillas, Gualí y Recio.
Los glaciares del PNN de los
Nevados que en 1950 sumaban 47 km2, ya en 2010 caen a sólo 12 km2 y en 2020 a
11 km2, con lo cual el área glaciar del Ruiz que en 1979 tenía 20 km2, desde
2010 tras los deshielos progresivo ocasionados por el calentamiento global y no
por la actividad volcánica, no llega a los 10 km2 de superficie.
Prehistoria geológica
La prehistoria geológica del
volcán Nevado del Ruiz se remonta al Pleistoceno, es decir a 1,8 millones de
años. Se trata del período ancestral que dura entre 0,8 a 1,0 millones de años,
en el que tienen lugar las primeras erupciones, y en el que se forma un
complejo de grandes estratovolcanes que colapsan y forman calderas de entre 5 y
10 km de diámetro.
Sigue otro período antiguo que
dura más de medio millón de años, durante el cual se desarrollan grandes
estratovolcanes sobre el paisaje caldérico; y que durante los últimos 150 mil
años cierra con la formación de calderas explosivas en sus cumbres, y con el
desarrollo del actual edificio volcánico y de los otros conocidos en el entorno
a través del emplazamiento de domos andesíticos y dacíticos. La Olleta y La
Piraña, son dos cráteres parásitos alineados con ochenta mil a cien mil años de
antigüedad, que revelan parte de esa historia.
El edificio volcánico, es un
estratovolcán de 2035 m, perteneciente al segmento volcánico más norte de los
Andes, y emplazado sobre el cinturón cristalino de la Cordillera Central de
Colombia, y que se denomina Complejo Volcánico Ruiz Tolima.
Historia geológica
Hasta aquí la prehistoria
geológica, porque entrando a la historia geológica reciente, durante los
últimos 11 mil años el Ruiz ha tenido cerca de 12 etapas de actividad eruptiva,
con múltiples eventos conexos como corrimientos de tierra, flujos piroclásticos
y lahares, en las que se ha dado la destrucción parcial de los domos volcánicos
de la cima.
Así como conocemos de la historia
geológica más antigua del Ruiz por la morfología de las estructuras
volcanotectónicas, también podemos saber de su actividad reciente mediante la
datación de suelos orgánicos bajo las capas de cenizas, y de otras evidencias
geológicas que a modo de huellas dejaron las erupciones de los últimos miles de
años. Las erupciones importantes datadas por radiocarbono concluido el Holoceno
y ya en el Antropoceno o “Edad de los humanos”, son del 6660 a. C., 1245
a.C±150 años, cerca del 850 a. C. y 200 a.C±10 años, así como del año 350
d.C±30 años y del 675 d.C±50 años.
Los hielos que durante el
Pleistoceno cubrieron más de 1000 Km2 del Complejo Ruiz Tolima, se retiraron 14
mil años atrás dejando como evidencia los valles glaciares y las morrenas hasta
los 3500-3400 m snm, además de depósitos fluvioglaciares como los que llenan
las cuencas bajas del Chinchiná, Gualí y demás ríos del drenaje mayor. Pero, aunque no tenemos historia en Cerro Bravo, se han datado eventos
de los años 1720 ± 150, 1050 ± 75 y 750 d. C. ± 150, años, y podemos observar
los depósitos poligénicos de nubes ardientes en las cabeceras del río Aguacatal
y en el Perrillo.
Estilo eruptivo
Imagen 3. Tipos de
Columnas eruptivas y de Erupciones Volcánicas, en La Inestable Tierra. Por: Booth y Fitch.
Aunque las erupciones del Ruiz y
del Cerro Bravo tienen en común un carácter explosivo, mientras las de Cerro
Bravo han mostrado un nivel moderado alto y con un mayor nivel de dispersión de
las riadas gasopiroclásticas, lo que se explica por lavas más viscosas
propiciando columnas eruptivas de colapso, las del Ruiz han sido de coeficiente
explosivo de nivel moderado bajo, con presencia de una columna eruptiva
preferiblemente vertical sostenida, aunque se presenten pequeños flujos
piroclásticos relacionados con riadas que emergen del cráter por efectos de
boquilla y por desprendimientos de la pluma eruptiva. A modo de ejemplo, en 1985, uno de estos eventos
secundarios denominados “surge”, arrasó el refugio del Nevado del Ruiz.
Así no se tenga algo escrito en
la historia, porque habitamos este territorio del segmento volcánico más
septentrional de los Andes, aunque poco sabemos de las corrientes humanas
migratorias asiáticas que hace 12 o 14 mil años entraron a las Américas por el
estrecho de Bering, luego pasaron por Colombia y posteriormente bajaron hasta
la Patagonia, tardando 1000 años en ocupar el continente, ni podamos explicar
las pinturas rupestres de unos 20.000 años en Chiribiquete.
Erupciones históricas 1
Imagen 4- Lahares históricos del
Ruiz: 1595-1845 y 1985. Geociencias UN. Por Mojica; Brieva; Villarroel; Colmenares;
Moreno.
Ya en la época actual, es decir
desde el descubrimiento de América y la conquista que es lo que más nos debe
competir, sabemos también de las erupciones históricas de los años 1595, 1845 y
1985, con lahares repitiéndose donde ahora se destruye Armero. Los dos primeros
eventos, coinciden con la pequeña glaciación de 300 años ocurrida entre 1550 y
1850, época en la que el área de los glaciares sumó casi 100 km2 y el volcán
del Quindío al igual que el del Cisne era nevado. La evidencia de esta
neoglaciación, son los actuales arenales del Ruiz, cuyo volumen debe ser tenido
en cuenta como factor de formación de lahares, por la copiosa lluvia que
acompaña la erupción, sumada a los deshielos.
En sus “Noticias historiales de
las conquistas de tierra firme en las Indias Occidentales”, Fray Pedro Simón
relata: la erupción del Nevado del Ruiz ocurrida el domingo 12 de marzo 1595,
aludiendo a tres truenos sordos que se oyeron más de 30 leguas por toda su
circunferencia, y a crecientes por el Lagunilla que cobraron la vida de unos
600 indígenas Gualíes y que dejaron media legua de peñascos entre ellos, uno
mayor que un cuarto de casa. Añade además que, en Cartago, además de
oscurecerse el cielo del medio día, las cenizas cubrieron los pastizales con
una capa que superó un palmo con su espesor, por lo cual las vacas no dieron
leche hasta que las lluvias de los días siguientes lavaron tanta pestilencia. .
Erupciones históricas 2
Igualmente, tras un sismo
ocurrido en la mañana del 19 de febrero de 1845, surge un flujo de lodo por el
valle que alcanza a Armero cobrando la vida de mil personas, y partiéndose en
dos: la mayor proporción que alcanza el Magdalena lleva bloques de hielo, y la
pequeña que va al norte alcanza a represar el río Sabandija. Como hipótesis, el
que no se reporten cenizas en 1845, podría explicarse por la ocurrencia de un
gran evento de ángulo bajo, que en magnitud supera las erupciones de 1595 y
1985.
Finalmente, desde finales de
1984, luego de un incremento en el nivel de la actividad sísmica cerca del Ruiz
y del depósito de azufre en la cumbre del volcán, posteriormente se da el
aumento de la actividad fumarólica, lo que desemboca primero en una pequeña
erupción freática con expulsión de ceniza el mediodía del 11 de septiembre de
1985, y luego en el paroxismo del 23 de noviembre de 1985, cuando se produce la
erupción magmática con los lahares que ocasionan el desastre de Armero. Si la
erupción de 1845 fue de unos 2 Km3 de magma que se habría acumulado en 250
años, y la de 1985 tan solo fue de 0.1 a 0.2 km3, el Ruiz después de 150 años
aún tendría un acumulado de 1 km3 de magma disponible, para un evento de
magnitud similar al de 1595, cuando el cráter al igual que ahora no presentaba.
En qué estamos
Imagen 5. Nueva morfología del Cráter del Ruiz. Croquis del cráter e imagen de sus nuevos rasgos morfológicos. O V de Manizales, 2020
Aunque después de Armero, como
evidencia de que “El león dormido” aún acecha, la inestabilidad del sistema
volcánico ha sobresalido por dos pequeñas erupciones ocurridas en 1989 y 2012,
el cráter Arenas ahora con 300 m de profundidad, muestra justo en el fondo el
surgimiento de un domo localizado al Oeste del gran cráter, con de más de medio
centenar de metros, tras la extrusión de lava al lado del cráter secundario de
150 m de diámetro. Y en la actual crisis de abril-marzo de 2023, después de
años de alerta amarilla se ha declarado a alerta Naranja, lo sensato es pensar
que este nivel de alerta anunciando la probabilidad de una erupción en días o
semanas, no duraría tanto, así sea para retornar al estado anterior o al nivel
de alerta roja que significa erupción en curso.
Por último, habrá que señalar que
además de los flujos de lodo o lahares como amenaza ya conocida del Ruiz,
además de las riadas gasopiroclásticas que afectarían algunos kilómetros
contados en las inmediaciones del cráter, están las erupciones importantes de ceniza,
por su afectación para el ganado, a las fuente de agua y a la florescencia,
además de su impacto en las rutas aéreas y descargas eléctricas y lluvias
pertinaces que acompañan el fenómeno; y respecto a las pequeñas emisiones
continuas o frecuentes, habrá problema para la salud si no se protege la vista
o las vías respiratoria o por la exposición prolongada para las personas con
afectaciones cardio-pulmonares, bronquitis crónica y asma preexistente.
Epílogo 1-
Imagen 06. Amenazas potenciales del VN del Ruiz- actualizado en 2015. SG de Colombia.
Aunque sabemos de la
imposibilidad de predecir eventos de comportamiento errático, sí se puede
prever con algún acierto una erupción de importancia, tal cual lo hizo
Ingeominas en el Volcán del Huila en 2007 cuando logró anticipar la ocurrencia
de flujos de lodo catastróficos, pese a las naturales limitaciones que imponen
la ciencia y la tecnología, y permitiendo con ello dar alerta a varios miles de
habitantes indígenas de las poblaciones ribereñas de Belalcázar, Inzá y
Tesalia, quienes se aseguraron en la parte alta de la montaña en la madrugada
del 18 de abril, poniéndose a salvo de lahares, comparables a las avalanchas
del Páez causadas por el fatídico Sismo de 1994 que había dejado unos 1100
muertos.
Contrario a lo que ocurrió en
1985 con el Ruiz, cuando los flujos de lodo por el Gualí, Río Claro, Lagunillas
y Azufrado alcanzaron poblados como Armero, Mariquita y Chinchiná causando la
muerte a unos 25 mil habitantes, además de causar la pérdida de ganados y
propiedades arrasadas por dichas riadas que igualmente destruyeron carreteras,
puentes y anegaron tierras de cultivos, hoy por fortuna las zonas de amenaza
severa no están ocupadas, la gestión del riesgo se ha institucionalizado, se tiene
como garantía el eficiente servicio de monitoreo volcánico, y se sabe con
relativa certeza del nivel de severidad, alcance y clase de amenazas que
podemos y debemos atender.
Epílogo 2-
Imagen 07- Complejo Volcánico
Ruiz Tolima, - Izq. Panorámica desde Cerro Bravo, G. Wilches. Der. Planta en
Estudios del potencial geotérmico. Chec.
A modo de ejemplo tenemos la
ocurrencia de flujos de lodo catastróficos asociados a la erupción del Volcán
Nevado del Huila ocurrida la madrugada del pasado 18 de abril de 2007, sin que se hayan dado víctimas humanas
mortales, como evidencia de la capacidad de una comunidad indígena sólida y
organizada, gracias al fuerte tejido social que la caracteriza, y a los
beneficios pedagógicos asimilados y recursos materiales provistos tras la
reconstrucción física que se hizo después del desastre del Páez, ocurrido por
el sismo de 1994.
Allí, se puso en evidencia que,
tras los daños causados por dos avalanchas vulcanogénicas: destrucción de
carreteras, puentes y decenas de hectáreas de cultivos ribereños del cañón del
río Páez arrasados, aunque la crisis volcánica continuó bajo el imperativo de
un enorme potencial de amenaza, gracias a la valiosa información científica del
orden geofísico y vulcanológico suministrada por el INGEOMINAS, funcionando
oportunamente dentro de las naturales limitaciones que imponen la ciencia y la
tecnología, con el concurso de la comunidad el riesgo puede mitigarse,
asumiendo un evento similar al de 1595, por el volumen de magma que podría
estar involucrado, aunque el tema sería la dirección imperante del viento y con
ello la zona afectada por caída de cenizas en el momento de la erupción.
***
*
Profesor Universidad Nacional de Colombia. http://godues.webs.com
[Manizales, 2020. Act. 2023]. Portada: Erupción en el Nevado del Ruiz en
2015. Captada por el OVM. Fuente: Eltiempo.com.
***
Fuentes
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***
ENLACES UN: ENLACES U.N.
Excelente investigacion Maestro. Gracias
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