SUSTENTABILIDAD Y DECRECIMIENTO
ECONÓMICO
En un modelo de desarrollo donde la dinámica de crecimiento
económico que acarrea el capitalismo, se da a costa de los derechos
bioculturales de un territorio, la catástrofe ambiental inspirada en un enfoque
antropocéntrico que se expresa en la generalización de la pobreza y la cultura
del despilfarro, cuando amparados en la ciencia y la tecnología nos
convertirnos en amos y poseedores de la naturaleza, se hace imperativo repensar
el concepto de crecimiento para considerar sus límites y metas, para decrecer,
redistribuir y salvar el planeta. Si en lugar de un enfoque antropocéntrico que
nos auto-erige como especie privilegiada con dominio sobre los derechos de
otras especies y formas de vida, optáramos por una visión biocéntrica,
comprenderíamos mejor la vida en el planeta, la respetaríamos, y cambiaríamos
esa actitud nuestra que raya con esa vocación casi suicida de la especie
humana. Veamos:
Ingenierías, Medio Ambiente y Humanidades (1)
El Medio ambiente, que inicialmente es un medio
fundamentalmente natural, gracias a la cultura puede ser transformado para
constituirse en un medio paranatural o construido, ecológicamente sólido y
compatible con la cultura. Pero dado el advenimiento de la tercera revolución
industrial y estando en el alba de una cuarta revolución tecnológica, habrá que
advertir que, si ya no son los tiempos de la sociedad industrial de ayer, sino
los de la sociedad del conocimiento, en lugar de instrumentalizar la
naturaleza, nuestro primer deber es entender el territorio como una
construcción social e histórica, donde la cultura surge de la interacción de
los sistemas social y natural, como una relación dialéctica de simbiosis y
parasitismo.
Aún más, si la catástrofe ambiental por la contaminación y
destrucción de ecosistemas, y el calentamiento global, son expresiones de una
profunda crisis del modelo de desarrollo, -una certeza que roza lo obvio e
inflexible-, es que con la separación causal entre Hombre y Naturaleza
inspirada en un enfoque antropocéntrico, pierden sentido la ciencia y la
tecnología modernas, tal cual se enseña en la Cátedra de Pensamiento Ambiental
de la Universidad Nacional de Colombia, cuando desde dicho espacio se construyen
propuestas para transformar las Ingenierías, como profesiones que yacen
sumergidas en un tejido de símbolos en los que todo se reduce a capital,
productividad, y eficiencia, para buscar el crecimiento económico a costa de la
miseria humana y del medio ambiente.
Si nuestra pertenencia como humanos a la “madre tierra”, es
una verdad que nos impide ver más allá de su contundencia expresiva, y que nos
dice que el Hombre es el heredero y aprendiz en todas las cosas, esa situación
entra en conflicto con los conceptos de Progreso, Desarrollo y Globalización
que reducen la naturaleza a un recurso. Nos hemos olvidado de donde provenimos,
porque no comprendernos nuestros orígenes, nuestra historia evolutiva y de qué
estamos hechos, y menos de nuestra propia fragilidad. Al respecto la Profesora
Patricia Noguera advierte que, si estamos hechos de la tierra, lo grave de olvidar
que hemos escindido de ella, es la configuración en esta civilización basada de
una imagen metafísica donde el Hombre es dominador del universo.
Al recordar los grandes desarrollos que han transformado a
Colombia, como la expansión agroindustrial, la infraestructura del transporte,
y el desarrollo hidroenergético, al incorporar los grandes costos sociales y
ambientales que han generado, encontramos vicisitudes ingenieriles que no
tienen justificación; al respecto mientras la ética guía el comportamiento
humano en la sociedad y la moral el apego a las costumbres y normas
establecidas, dado que el ingeniero como profesional debe tomar decisiones con
gran impacto en el ambiente que influyen en la sociedad, conscientes de la
responsabilidad personal, social y profesional que implica el ejercicio de la
profesión, deberíamos volver a la ética para discutir y fundamentar los
principios de nuestra moral.
Además de actuar con honestidad y transparencia, promoviendo
buenas prácticas, diseñando obras y prestando servicios con precisión,
atendiendo las consecuencias de sus acciones, y respetando a las personas y el
medio ambiente, la ingeniería como actividad específica que aplica o desarrolla
tecnologías, y hace uso de conocimientos propios de las matemáticas y ciencias
naturales obtenidos a través del estudio, la experiencia y la práctica,
también, conforme la tecnología evoluciona, debe hacerlo la ingeniería del
Siglo XXI, para estar al servicio de la humanidad, lo que implica, además de
innovar, redefinir roles y actualizar currículos con enfoques
transdisciplinares, humanizar la ingeniería y adaptarla a la naturaleza.
Entre otros desafíos para Colombia, donde habrá que resolver
la desestructuración del tejido social y desequilibrios regionales en NBI,
enfrentar la amenaza del cambio climático resolviendo los conflictos de uso del
suelo y la vulnerabilidad socioambiental; al transformar el territorio, la ingeniería
además de resolver las dificultades del desempleo, la inequidad y la pobreza,
sin acentuar el Gini de la propiedad de la Tierra y la brecha de productividad
e ingresos entre ciudad y campo, para mejorar la calidad de vida de la
población, desde su ejercicio se deben satisfacer las necesidades bioculturales
en el territorio, aportando además de alternativas pertinentes que respondan al
contexto, conocer las relaciones entre el todo y las partes, lo
multidimensional y lo complejo.
Teoría del Decrecimiento Económico (2)
El decrecimiento económico, es una corriente de propuestas
alternativas de pensamiento transversal, que dan respuestas a las coyunturas
relacionadas con el cambio climático, la seguridad alimentaria, el crecimiento
desmedido y el uso de recursos limitados. De ahí se desprende esta reflexión
acerca del consumo y la necesidad de modelos sostenibles que aporten al
crecimiento y desarrollo mediante procesos autosostenidos que incorporen
cambios estructurales. La historia del crecimiento económico, tan larga como
del pensamiento económico, se remonta a clásicos como Adam Smith, David Ricardo
o Thomas Malthus, quienes introdujeron conceptos fundamentales como el de los
rendimientos decrecientes y su relación con la acumulación de capital físico o
humano, la relación entre el progreso tecnológico y la especialización del
trabajo, o el enfoque competitivo en el análisis del equilibrio dinámico.
No obstante, mientras los clásicos del siglo XX – caso
Ramsey, Young, Knight o Schumpeter- contribuyeron al conocimiento de los
determinantes de la tasa de crecimiento y del progreso tecnológico, los
neoclásicos debieron introducir el progreso tecnológico exógeno, como motor
último del crecimiento sostenido: por ejemplo, los rendimientos decrecientes de
cada uno de los factores a largo plazo tenían consecuencias devastadoras, impidiendo
que el crecimiento debido a la acumulación de capital fuera insostenible. Como
referente, los modelos estándar de la teoría del crecimiento, se soportan en el
papel del ahorro como motor central del proceso de acumulación, donde el ahorro
en la teoría keynesiana, es la contraparte de las decisiones de inversión y la
acumulación derivada de la demanda efectiva. Allí, el mercado se encarga de
igualar su monto con el del ahorro correspondiente, cualquiera que sea el
origen de los recursos monetarios.
La economía está mal medida: ni el desgaste ambiental, ni el
consumo energético, dos parámetros que caracterizan a los países desarrollados,
al igual que el cambio climático, entran en esa ecuación en un mundo de
ingresos concentrados, donde la pobreza y la cultura del despilfarro se han
generalizado. Aunque estas problemáticas no son nuevas, actualmente avanzan de
forma acelerada dadas las dinámicas de la sociedad, por el tema del consumismo
que a costa de los ecosistemas se promueve. Por lo tanto, esto que exige hablar
de decrecer y redistribuir, obliga a repensar el concepto de crecimiento para
considerar sus límites y metas, porque si allí se desconocen el bienestar
humano y la estabilidad de los ecosistemas, debe hacerse un llamado a salvar el
planeta tal cual lo hace la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible (ONU
2015) con sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Dado que no podemos seguir creciendo de forma conflictiva a
costa de la seguridad y de forma agresiva, en un mundo donde hambre e inequidad
campean, urge una economía ecológica y política como transición y oportunidad
para ampliar las miradas y apostarle al cuidado de la casa común, sin dejar de
innovar y generar utilidades. Mientras el individualismo continúe
caracterizando un mundo donde la brecha en conocimientos básicos y la elevada
tasa media de mortalidad infantil, diferencien países en vía de desarrollo de
potencias mundiales, entonces se acentuará la actual crisis civilizatoria cuya
viabilidad se debate entre retos y oportunidades, lo que obliga a formular
estrategias para una transición socioecológica hacia la sustentabilidad, con
base en propuestas como las del buen vivir y la del desarrollo humano, como
fundamentos de transición en el Sur y en el Norte global y del “mainstream”
político liberal.
Para promover con esta teoría plural y multidisciplinar una
transición civilizatoria hacia una trayectoria de (pos) desarrollo global
socioecológicamente sustentable en tiempos de crisis ambiental mundial, y un
viraje hacia un nuevo paradigma complejo y serio, las interdependencias
geoeconómicas derivadas de una matriz de producción y consumo globalizada que
no es generalizable, constituyen la preocupación principal de los discursos a
favor del decrecimiento como visión compleja con reflexiones sociales,
económicas y filosóficas. Por último, en los debates sobre las especificidades
sociales, económicas y culturales, como preguntas cabe formularse, si con los
instrumentos teórico/metodológicos que se proponen para enfrentar las insuficiencias
de la economía del desarrollo, es posible o no, vencer las barreras que
obstaculizan, además de la interacción y el diálogo entre los diferentes
enfoques teóricos, las distintas perspectivas disciplinarias que estudian la
dialéctica crecimiento/decrecimiento.
* Profesor de la U.N. de Colombia, Miembro Correspondiente de la Academia Caldense de Historia, Socio Honorario de la Sociedad Caldense de Ingenieros y Socio de la Sociedad de Mejoras Públicas de Manizales. Manizales, 1-10-2022. In: Revista Civismo 492 de la SMP de Manizales. Referencias: (1) La Patria, June 20, 2022; (2) La Patria, 22, 09, 2022. Imagen: El Decrecimiento (Ovacen.com) y la Madre Tierra (Brainly.lat)
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