El cumpleaños de Caldas

Revista Eje 21. Abril 11 de 2022





POR ALBEIRO VALENCIA LLANO


Esta comarca antioqueña, caucana y tolimense, que tomó el nombre de Caldas fue una región en construcción durante el siglo XIX y se configuró como una provincia nueva, moderna y nacional cuando asomaba el siglo XX. La provincia del sur de Antioquia se había desarrollado de una manera acelerada; las poblaciones de Aguadas, Pácora, Salamina, Filadelfia, Aranzazu, Neira, Manizales y Villamaría, habían logrado estabilidad económica y social; Manizales aparecía como una ciudad próspera y con una clase dirigente que se hacía escuchar en Bogotá. Situación semejante se vivía en la provincia de Marmato, con capital Riosucio y en la de Robledo con capital Pereira. En estas provincias la economía cafetera había desarrollado el mercado interno y la relación de la región con el país.

Por lo anterior se venía fraguando la creación de un nuevo departamento. En 1888 el general Marceliano Arango promovió una campaña para la creación del Departamento del Sur, con Manizales como capital; pero esta idea no prosperó. Más tarde, el pensador Rafael Uribe Uribe en un debate en el Congreso, en 1896, planteó la necesidad de crear el nuevo departamento y propuso escoger como capital la ciudad de Manizales, Riosucio o Pereira. También plantearon la creación del nuevo departamento el educador José María Restrepo Maya y los dirigentes Valerio Antonio Hoyos y Carlos Eduardo Pinzón Posada. Después llegó la Guerra de los Mil Días, con sus problemas y crisis que trastornaron todo el país. Finalizada la guerra la región continuó su desarrollo económico político y social. Pero cuando se iniciaba el siglo XX, Colombia estaba en una situación de postración, porque el conflicto había dejado en la miseria y la pérdida de Panamá le había asestado el golpe de gracia. La crisis de poder y la debilidad del Estado eran evidentes, la reconstrucción nacional y la paz eran tareas inmediatas. En este momento llegó el general Rafael Reyes a la presidencia del país.

El papel de la Iglesia

Cuando agonizaba el siglo XIX y en plena Guerra de los Mil Días, la Iglesia estaba preocupada por la posibilidad del triunfo de los liberales lo que significaría regresar al sistema federal. Para adelantársele a los hechos algunos obispos propusieron crear una diócesis que sirviera de base para formar un nuevo departamento, después de la guerra. Para cumplir con la orientación anterior Monseñor Antonio Vico, Delegado Apostólico en Colombia, envió una carta (abril 24 de 1899) al Cardenal Mariano Rampolla Del Tindaro, Secretario de Estado del Papa León XIII, en la que le explicaba la difícil situación que padecía la Iglesia en Colombia debido a la guerra civil. Luego planteaban algunos puntos sobre la necesidad de crear la Diócesis de Manizales; la idea tenía muy buenos patrocinadores y contaba con el apoyo del obispo de Popayán. Pero Monseñor Vico siguió apoyando la propuesta y envió informe al obispo de Medellín donde le anotó que los patrocinadores de esta idea eran los hermanos Alejandro y Daniel Gutiérrez Arango, cristianos convencidos y personas notables de Manizales. Don Alejandro se desempeñaba en esa fecha como ministro del Tesoro Público de la Nación e influía, sin duda, ante el presidente de la República y las demás autoridades colombianas para que apoyaran este proyecto. Le refería, además, el apoyo del obispo de Popayán a esta idea y los pasos dados en Bogotá y en Manizales para sacarla adelante, como son, el apoyo del presidente de la República, Dr. Sanclemente y la organización de una junta para trabajar en pro de la nueva diócesis.

Después de estas gestiones la creación de la diócesis se realizó el 11 de abril de 1900, por Bula del Papa León XIII. Se puede afirmar que la fuerte unidad en la fe cristiana, más los aspectos económicos y políticos contribuyeron a definir el número de municipios que integrarían la diócesis y el futuro departamento; pero era claro que no había unidad cultural, ni política. En su visión de la nueva entidad administrativa la Iglesia planteó la necesidad de poner una cuña entre las regiones de Antioquia y Cauca, para contribuir a superar los tremendos problemas políticos e ideológicos que tantos males trajeron al país.

La creación del Departamento de Caldas

Frente a los gravísimos problemas que encontró Reyes y ante la crisis de los partidos y las dificultades para gobernar, el presidente cerró el Congreso y declaró el estado de sitio. Para impulsar las reformas, económica, constitucional y el reordenamiento territorial, reunió una Asamblea Nacional Constituyente y Legislativa que dotó al gobierno de amplias facultades extraordinarias. El tema del fraccionamiento de los departamentos tradicionales, en unidades políticas y administrativas más pequeñas, se empezó a agitar, de nuevo, en 1904. En este año Rafael Uribe Uribe presentó al Congreso un proyecto de división territorial donde aparecen varios departamentos y entre ellos el de Córdoba, que más tarde se erigió con el nombre de Caldas. Esta propuesta venía siendo apoyada por los dirigentes Daniel Gutiérrez Arango y Aquilino Villegas, desde las columnas de El Correo del Sur y por Bonifacio Vélez, quien había sido Prefecto. Finalmente se hizo realidad la creación del departamento con la Ley No. 17 del 11 de abril de 1905 que dice:

Créase el Departamento de Caldas entre los departamentos de Antioquia y Cauca, cuyo territorio estará delimitado así: el río Arma desde su nacimiento hasta el río Cauca; éste aguas arriba hasta la quebrada de Arquía, que es el límite de la provincia de Marmato. Quedarán comprendidas dentro del Departamento de Caldas las Provincias de Robledo y Marmato, por los límites legales que hoy tienen, como también la Provincia del Sur del Departamento de Antioquia.

Parágrafo: La capital de este departamento será la ciudad de Manizales. Bogotá, abril 11 de 1905. Publíquese y ejecútese. Rafael Reyes.

Mapa del departamento de Caldas en 1905

El 15 de mayo de 1905 el general Reyes nombró a don Alejandro Gutiérrez como primer gobernador. Éste se posesionó el 15 de junio del mismo año y se dio inicio, así, a la vida política y administrativa del departamento. Posteriormente se le agregaron nuevas regiones. El 29 de junio de 1907 se dictó el Decreto 763 por medio del cual se creó la Provincia de Manzanares y el Circuito Judicial de Manzanares compuesto por los municipios de Marulanda y Victoria, con el corregimiento de Buenavista; Pensilvania con los corregimientos de San Agustín, Florencia y Arboleda, y Manzanares que sería la capital. La Provincia y el Circuito Judicial empezaron a depender del Departamento de Caldas. Más tarde, en 1908, el Decreto 916 incorporó los municipios de Armenia, Calarcá, Filandia y Circasia. Por último, la Ley 31 del 11 de octubre de 1912 segregó el distrito municipal de Pueblo Rico, de la Intendencia Nacional del Chocó y lo agregó al Departamento de Caldas.

Un inmenso territorio culturalmente rico

Pero no fue fácil la conformación de la región caldense, sobre todo porque el departamento (Caldas, Risaralda y Quindío) se integró de manera arbitraria y de acuerdo con los intereses de los diferentes estamentos. Su clase dirigente veía con preocupación que la región era una colcha de retazos formada por diversas culturas heredadas de corrientes migratorias de variado origen. Los antioqueños penetraron masivamente por el norte e impusieron sus costumbres. La inmensa región caucana de Marmato, Supía, Riosucio y Anserma se enriqueció con la mezcla cultural de antioqueños, europeos, indígenas y afrodescendientes. Los pueblos del oriente fueron fruto de antioqueños y tolimenses. El sur, desde Villamaría hasta Pereira y el Quindío, recibió la influencia de antioqueños, caucanos y tolimenses. Muchos de ellos llegaban perseguidos por la agitación clerical en Antioquia y por el dominio conservador y ayudaron a determinar la composición política posterior. Años más tarde muchos otros liberales llegaron derrotados en la Guerra de los Mil Días. El valle del Risaralda fue colonizado por afrodescendientes, por antioqueños y por caucanos. El occidente fue fruto de la colonización antioqueña en pueblos de indios. Desde principios del siglo XX se inició la colonización originada por campesinos oriundos de Cundinamarca y Boyacá en las zonas frías de Salamina, Marulanda y, más tarde, en el Páramo de Letras.

En medio del desorden y caos causado por la Guerra de los Mil Días, se produce la colonización de los territorios muy fríos, despreciados por los campesinos de Antioquia, Cauca y Tolima. En esta época numerosas familias de diferentes puntos de Boyacá migraron hacia zonas frías del sur de Antioquia para colonizar y “sembrarse” en el nuevo territorio; se trató de un desplazamiento espontáneo siguiendo el ejemplo de otros campesinos. Primero abandonaba el viejo solar uno de los hijos mayores tras las huellas de algún pariente, luego regresaba por la novia, se casaban y organizaban el hogar en el sitio previamente seleccionado. De este modo se fueron filtrando numerosas familias hacia las poblaciones de Marulanda y Salamina y, por la misma época, hacia los municipios de Herveo, Líbano y Murillo, en el departamento del Tolima. Para finales del siglo XIX y principios del XX permanecieron “invisibles” tumbando selva “de nadie” en los Valles Altos de San Félix y en el viejo camino Honda-Sonsón-Aguadas-Salamina, y por la vía del páramo de San Félix a Honda.

La diversidad de regiones y de culturas trajo algunas dificultades en Pereira y Riosucio. Para evitar estos conflictos se pensó en darle identidad cultural a la región. Vinieron en ayuda los escritores ligados con el fenómeno colonizador e involucrados en el ambiente costumbrista; éstos, junto con los historiadores, contribuyeron a fortalecer la identidad cultural. La evocación del pasado y de las tradiciones en el joven departamento ayudó a aclarar y a afirmar la identidad; se tuvo conciencia de la región y del país. Por último, continuaron su impulso acelerado las ciudades de Manizales, Pereira y Armenia. Había surgido el llamado “Departamento Modelo” de Colombia, pues parte de las ganancias del café se convirtió en bienestar social para la región.

Pasaron los años, llegaron períodos de violencia, varias crisis económicas y el protagonismo de los políticos en las regiones. En septiembre de 1965 se aprobó en la plenaria de la Cámara la creación del departamento del Quindío y simultáneamente se presentó el proyecto para formar el de Risaralda; esto ocurría en un período de estancamiento regional y de crisis de los precios del café. La desmembración redujo la importancia del departamento en el ámbito nacional y disminuyó sus recursos económicos. Sin embargo, en los últimos años, se ha venido enderezando el rumbo y la Declaratoria del Paisaje Cultural Cafetero es una nueva oportunidad de desarrollo regional.

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