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El cansancio de un viaje de más de diez horas por carretera desde Caracas no es suficiente para dormir los sentidos y los nervios cuando el carro comienza a serpentear la cordillera de los Andes
TÁCHIRA, Venezuela.— El cansancio de un viaje de más de diez horas por carretera desde Caracas no es suficiente para dormir los sentidos y los nervios cuando el carro comienza a serpentear la cordillera de los Andes. Los cerca de 1 200 metros sobre el nivel del mar hacen de Táchira el segundo estado más alto de Venezuela, solo superado por su vecino Mérida, que alcanza unos 1 600 metros de altura como promedio.
Sin embargo, como sucede en otros lugares de esta nación, la fuerza de gravedad es desafiada por los asentamientos que se amontonan en las laderas de las montañas. Históricamente marginados, los pobladores de la comunidad Colina Valle Hondo en el municipio de San Cristóbal (capital de Táchira), provenientes en su mayoría de la cercana Colombia, hoy forman parte del proceso de inclusión social que se ha consolidado con la Revolución Bolivariana.
En su misión de rescatar a estas personas y atacar de forma directa la pobreza extrema, el Gobierno venezolano implementó el pasado 6 de junio el proyecto conocido como las Bases de Misiones Socialistas, en el contexto de la campaña pobreza cero presentada por el presidente Nicolás Maduro.
El objetivo es ubicar a los colaboradores cubanos de las distintas misiones (médica, deportiva, cultural y educativa) lo más cerca posible de quienes padecen este flagelo, que poco a poco va disminuyendo en la nación sudamericana.
Yanet Márquez es una de los 6 400 habitantes de la comunidad, y comenta a Granma que como la alcaldía de San Cristóbal está en manos de representantes de la oposición, ello obstaculiza a veces el trabajo del gobierno estadual y nacional. “Nosotros no le importamos a esta gente (alcaldía). Fue la Revolución, fue mi Comandante Chávez, quienes nos sacaron del hueco”, dice la joven de 29 años.
Esta madre de dos pequeños agradece la oportunidad que le ofrecen los distintos programas sociales del Gobierno, y resalta su deseo de volver a Cuba, donde estudió por un año para ser trabajadora social.
A su lado se encuentra el coordinador del Centro Médico de Diagnóstico cercano a la Colina Valle Hondo, el doctor Ángel Eduardo Mckenzie, quien asegura a este diario que la misión médica se enfrenta no solo a factores físico-geográficos como la altura, sino también a eventos como las guarimbas (protestas violentas desatadas con fuerza desde el pasado 12 de febrero).
El municipio de San Cristóbal, capital de Táchira, fue uno de los epicentros de las manifestaciones violentas que, alentadas por la parte radical de la oposición e infiltradas por paramilitares, buscaban crear una crisis social para derribar al gobierno democráticamente electo.
“En medio de esta situación, los médicos cubanos y demás colaboradores continuaron ofreciendo servicios básicos a la población necesitada”, comenta Mckenzie.
Esa fue una prueba de fuego. Pero ante las adversidades nos crecimos. La ayuda y el respaldo de los pobladores fue fundamental. Muchas veces, esas mismas personas que sonaban cazuelas por la noche, venían al otro día a atenderse debido a los dolores en los brazos, afirma. “Por supuesto, la atención era para todos por igual”.
Para el Máster en Asesoramiento Genético, la construcción de las Bases de Misiones Socialistas contribuirá positivamente a la noble tarea del Gobierno de erradicar por completo la indigencia para el 2019. Su labor es un pequeño aporte en la gran tarea de sacar de la desdicha a casi dos millones de venezolanos.
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