MANIZALES Y EL ESPÍRITU EMPRESARIAL HACIA 1960


Por: Albeiro Valencia Llano*

Escribió Antonio García en 1935 que, con excepción de las trilladoras de café, los textiles, chocolatería y cervezas, el sector manufacturero estaba en manos del pequeño empresario y del artesano y su familia. Y agregaba que

“Con el recrudecimiento de la depresión en 1932-1933 se disuelve el consorcio de chocolates por cuanto, no existiendo un avance en la técnica, los costos de producción aumentan en la relación en que bajan los precios. De 1933 a 1935 quiebran alrededor de doce pequeñas empresas, aun cuando aumenta el volumen de ventas, por causa de la rebaja de precios que hacen los productores en mayor escala y del encarecimiento de la materia prima”.

(García, 1978)

 

La situación sigue crítica veinte años después, de acuerdo con el informe de la Misión Currie para 1952 donde anotan que:

“El desarrollo industrial ha sido desconsolador, debiéndose esto posiblemente a las dificultades que provienen de los altos costos de transporte a los principales centros de consumo; de la falta de materias primas dentro del departamento; de la carencia de energía abundante y barata y de la competencia por la mano de obra, producida por la gran prosperidad de los cultivadores de café. Estos factores pueden explicar la preferencia aparente de caldenses pudientes que prefieren invertir su dinero fuera del departamento. La dificultad relativa del alto costo del transporte está disminuyendo gracias a vías mejores y pavimentadas; la energía barata va estando al alcance general, y el mercado local para artículos manufacturados está creciendo”.

(Lauchlin, 1952, págs. 59-60)

 

Sin embargo, la ciudad venía cambiando desde principios de los años cuarenta; sobre este tema hay mucha literatura porque varios autores de Manizales y de otras ciudades de Colombia y del exterior se han referido a este asunto, haciendo énfasis en los llamados Azucenos. Cuando hay necesidad de sustituir importaciones por la Segunda Guerra Mundial, aparecen en escena los hermanos Gómez Arrubla, Los Azucenos y varios empresarios independientes; casi todos recibieron el apoyo de la Corporación Financiera de Caldas y del Banco de Caldas.

 

La Corporación Financiera de Caldas

Estas instituciones se crearon por recomendación del Banco Mundial, debido a que en el país no había entidades orientadas a la ampliación del mercado de capitales y, especialmente, para realizar operaciones de crédito a mediano y largo plazo. Esta condición era necesaria para crear y desarrollar empresas manufactureras, agrícolas y mineras.

Bajo estas circunstancias los sectores dirigentes del departamento crearon la Corporación Financiera de Caldas, en 1961, cuando la economía de la región se encontraba deprimida debido a la baja cotización de los precios del café: en 1956 una libra del grano costaba 0,75 centavos de dólar y dos años después bajó a 0,45 centavos. En estas circunstancias los sectores vinculados a la caficultura y los gremios económicos veían el futuro con pesimismo. En este clima económico el gobernador José Restrepo Restrepo, recogió el malestar y le apostó a la Corporación. Al respecto anotó:

 

“Por allá en el mes de marzo de 1961, siendo yo gobernador de Caldas, convoqué a mi despacho a un prestante grupo de hombres de negocios de Armenia, Pereira y Manizales y les hice una exposición sobre la importancia que podría tener para Caldas la fundación de una Corporación Financiera que viniera a ayudar a la financiación de nuestra incipiente industrialización. La idea fue bien acogida y yo ofrecí que el Departamento suscribiera alguna cantidad de acciones a través de la Industria Licorera. Allí mismo acordamos celebrar una segunda reunión a la semana con asistencia del Dr. Hernán Jaramillo Ocampo, para que éste explicara ampliamente el procedimiento para la fundación y puesta en marcha de una Corporación Financiera. Esto se llevó a cabo y para el mes de mayo del mismo año se estaba firmando ya el Acta de organización de la Corporación Financiera de Caldas, con 15 millones de capital autorizado y 5 millones de capital suscrito”.

 (Rodríguez Becerra, 1993, pág. 68).

 

En la organización de la Corporación participaron los grupos económicos de la región, entre ellos Los Azucenos, los empresarios, los industriales y los comerciantes. Entre 1963 y 1969 fundaron 11 empresas manufactureras, pero también ayudaron a reorganizar otras que se encontraban en dificultades. Así, entre 1969 y 1973 la Corporación contribuyó a fundar y a transformar un total de 28 empresas. De este modo con la creación de la Corporación se inició el período conocido como la verdadera actividad industrial de Manizales.

 

Años de bonanza y de crisis

Hay que resaltar la “bonanza cafetera” de los años 1975-1980 porque se incrementó la capacidad de compra de la población, se elevaron los ingresos de las empresas y se crearon nuevas industrias y negocios. Después vino el receso de 10 años y la llamada crisis cafetera: en 1983 entró la roya, en 1988 los cafetales fueron infestados por la broca y en 1989 se rompió el Acuerdo Mundial del Café, que asestó un duro golpe a los ingresos de las familias cafeteras. A pesar de la crisis los empresarios no se “postraron” y fundaron industrias como Colbateco, productora de pilas Varta y Helados La Fuente.

Cuando se produjo la erupción del Nevado del Ruiz, que trajo una catástrofe económica y social, el gobierno de Belisario Betancur, a través del Congreso, adoptó una serie de medidas para atraer inversiones en la zona del desastre. En esta coyuntura se beneficiaron Manizales, Villamaría, Chinchiná, Palestina y La Dorada. Al amparo del Decreto 3830 llegaron Tablemac, Acasa, Phillips adquirió Incorsa, la Federación de Cafeteros creó Café Liofilizado, entraron Decafé, Manilit y Tecnigress; se crearon Madeal y Café Descafeinado y en Chinchiná Pasicol, entre las empresas más destacadas  (Arango Restrepo, 2005, pág. 131).

Después llegó la apertura económica impulsada por la administración de César Gaviria (1990-1994) que obligó a los empresarios a prepararse con tecnología para hacer frente a la globalización y a la dura competencia internacional.

*Dr. en Historia y Miembro de la Academia Colombiana de Historia. Imagen: Manizales- Panorámicas de Frank Scherschel para la Revista LIFE - 1959.

Fuentes

Arango Restrepo, E. (2005). Apuntes para la historia industrial de Manizales. Manizales: Editorial La Patria S.A.

García, A. (1978). Geografía económica de Caldas. Bogotá: Banco de La República.

Lauchlin, C. (1952). Caldas en 1952. Informe de la Misión Currie. Manizales: Imprenta Departamental.

Rodríguez Becerra, M. (1993). El empresario industrial del Viejo Caldas. Bogotá: Universidad de Los Andes.

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