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“Gabo no escribió ficción, sino premonición”
El hombre de 57 años tuvo una relación cercana con su tío gracias al vallenato, pues Gabo era un amante confeso.
Gabriel Eligio Torres García, sobrino del Nobel, habló con EL HERALDO sobre su tío en la conmemoración del natalicio del escritor. Contó detalles de su obra.
Arropado por el lugar en el que su tío Gabo vivió cuando llegó a Barranquilla para trabajar en EL HERALDO, Gabriel Torres García, sobrino del Nobel de Literatura, recuerda vívidamente, como si no hubiese pasado un solo día, todos sus momentos al lado del escritor cataquero.
Allí en el Hotel San Nicolás Colonial, rememora desde aquella primera vez que lo vio cuando apenas era un niño que pateaba pelota en las calles de Cartagena, hasta sus últimas conversaciones en las que Gabo le aconsejaba sobre sus incursiones en las letras.
Pero, si hay algo de lo que ha reflexionado la familia García Márquez, especialmente “Gabo Gabo”, como su tío le decía, es que “Gabo no escribió ficción sino premonición, lo que puso en sus novelas pasó en la familia 20 o 30 años más tarde”, dice.
Seguidamente cuenta que una de esas premoniciones que hizo García Márquez fue aquella relacionada con “La peste del olvido” de su obra magna Cien años de soledad.
“A excepción de dos de los hermanos mayores, todos han sufrido de Alzheimer, justo como en la novela”, dice sin dudarlo y sabiendo que su madre, Rita, es una de las que ha padecido de esta enfermedad.
El libro que detalla todo
Haciendo gala del talento que desborda en su familia, Gabriel Eligio escribió un libro para contar los detalles desconocidos de los García Márquez y, por consiguiente, lo que llevó a Gabo a ser el magistral contador de historias que fue.
En La casa de los García Márquez están los secretos de varias generaciones que alimentaron la obra del Nobel.
“Yo crecí escuchando a mi abuela hablarnos en metáforas, los dichos de los pueblos, las historias de la familia. Que su padre y su madre habían sido primos hermanos y la familia tenía el temor que se casaran porque le iba a salir el hijo con cola de cerdo. Cuando yo leo Cien años de soledad, me doy cuenta que aquí están todas las historias que mi abuela me contaba. Mi tía Margarita comía tierra cuando estaba pequeña, igual que Rebeca”.
Es en ese momento que decide contar todo y que el mundo viera de dónde salía la inspiración de Gabo y del mismo modo aclarar varios mitos alrededor de él.
“Jaime García Márquez cuando vino al mundo en el año 40, nació de seis meses en Sucre, Sucre, era casi estar muerto, mi abuela lo metía en una cajita de zapatos así llena de algodón y a medida que iba creciendo, iba sacando los algodones. El primer cuento de Gabo, La tercera resignación, el niño nace muerto y sigue creciendo, y la mamá lo mete en una caja llena de algodón, entonces fíjate cómo Gabo va tomando de su entorno, eso es lo que yo llamo realmente Realismo Mágico”.
Gabriel publicó su libro ‘La casa de los García Márquez’ en 2020.Johnny Olivares
La primera vez que lo vio
la casa de sus abuelos en Cartagena donde creció. Tenía 7 años y ese momento no lo olvida, ese es el primer capítulo de su libro La casa de los García Márquez.
“Llego de patear pelota de la bahía de Cartagena con mis primos y mi abuela dice: ‘Un momento, no vayan a la sala a molestar que están los mayores allá, hay visitas, no vayan para allá’”.
Esa advertencia más que alejarlo, hizo que su curiosidad creciera, y pusiera rumbo hacia un calado que dividía el comedor con la sala y allí lo ve: un señor de bigotes con las piernas dobladas, unos zapatos sin medias, todo vestido de blanco tomándose un vaso de ‘chuculia’.
He dicho yo: ‘Vea usted tanta bulla por ese viejo’. Mi abuela parece que hubiera adivinado lo que yo iba a decir y de una dijo: ‘Silencio que ese es su tío Gabito’. Ahí conocí yo a Gabriel García Márquez. Ahora, ¿qué es ‘chuculia’?, era una bebida de cualquier cosa que mi abuela le puso un nombre. Ella se inventaba los nombres, realmente la magia de toda esta creatividad, venía de mi abuela”.
Una obra en homenaje
Gabriel Eligio es contador de profesión y toda su vida ‘contó’ números. Un día cualquiera la creatividad familiar lo llamó y las operaciones matemáticas se volvieron letras y empezó a escribir.
De hecho, actualmente acaba de terminar su primera novela y espera publicarla como una especie de homenaje a su tío Gabo.
“Esa novela se la llevó el huracán Katrina cuando yo la tenía manuscrita en Miami junto con muchas cosas que había escrito. Cuando le comenté a Gabo que la novela se me había perdido me dijo que no me preocupara que seguro esa novela iba a ser mala y cuando la reescribiera me iba a dar cuenta. 20 años después la reescribí en honor a él”.
Arropado por el lugar en el que su tío Gabo vivió cuando llegó a Barranquilla para trabajar en EL HERALDO, Gabriel Torres García, sobrino del Nobel de Literatura, recuerda vívidamente, como si no hubiese pasado un solo día, todos sus momentos al lado del escritor cataquero.
Allí en el Hotel San Nicolás Colonial, rememora desde aquella primera vez que lo vio cuando apenas era un niño que pateaba pelota en las calles de Cartagena, hasta sus últimas conversaciones en las que Gabo le aconsejaba sobre sus incursiones en las letras.
Pero, si hay algo de lo que ha reflexionado la familia García Márquez, especialmente “Gabo Gabo”, como su tío le decía, es que “Gabo no escribió ficción sino premonición, lo que puso en sus novelas pasó en la familia 20 o 30 años más tarde”, dice.
Seguidamente cuenta que una de esas premoniciones que hizo García Márquez fue aquella relacionada con “La peste del olvido” de su obra magna Cien años de soledad.
“A excepción de dos de los hermanos mayores, todos han sufrido de Alzheimer, justo como en la novela”, dice sin dudarlo y sabiendo que su madre, Rita, es una de las que ha padecido de esta enfermedad.
El libro que detalla todo
Haciendo gala del talento que desborda en su familia, Gabriel Eligio escribió un libro para contar los detalles desconocidos de los García Márquez y, por consiguiente, lo que llevó a Gabo a ser el magistral contador de historias que fue.
En La casa de los García Márquez están los secretos de varias generaciones que alimentaron la obra del Nobel.
“Yo crecí escuchando a mi abuela hablarnos en metáforas, los dichos de los pueblos, las historias de la familia. Que su padre y su madre habían sido primos hermanos y la familia tenía el temor que se casaran porque le iba a salir el hijo con cola de cerdo. Cuando yo leo Cien años de soledad, me doy cuenta que aquí están todas las historias que mi abuela me contaba. Mi tía Margarita comía tierra cuando estaba pequeña, igual que Rebeca”.
Es en ese momento que decide contar todo y que el mundo viera de dónde salía la inspiración de Gabo y del mismo modo aclarar varios mitos alrededor de él.
“Jaime García Márquez cuando vino al mundo en el año 40, nació de seis meses en Sucre, Sucre, era casi estar muerto, mi abuela lo metía en una cajita de zapatos así llena de algodón y a medida que iba creciendo, iba sacando los algodones. El primer cuento de Gabo, La tercera resignación, el niño nace muerto y sigue creciendo, y la mamá lo mete en una caja llena de algodón, entonces fíjate cómo Gabo va tomando de su entorno, eso es lo que yo llamo realmente Realismo Mágico”.
Gabriel publicó su libro ‘La casa de los García Márquez’ en 2020.Johnny Olivares
La primera vez que lo vio
la casa de sus abuelos en Cartagena donde creció. Tenía 7 años y ese momento no lo olvida, ese es el primer capítulo de su libro La casa de los García Márquez.
“Llego de patear pelota de la bahía de Cartagena con mis primos y mi abuela dice: ‘Un momento, no vayan a la sala a molestar que están los mayores allá, hay visitas, no vayan para allá’”.
Esa advertencia más que alejarlo, hizo que su curiosidad creciera, y pusiera rumbo hacia un calado que dividía el comedor con la sala y allí lo ve: un señor de bigotes con las piernas dobladas, unos zapatos sin medias, todo vestido de blanco tomándose un vaso de ‘chuculia’.
He dicho yo: ‘Vea usted tanta bulla por ese viejo’. Mi abuela parece que hubiera adivinado lo que yo iba a decir y de una dijo: ‘Silencio que ese es su tío Gabito’. Ahí conocí yo a Gabriel García Márquez. Ahora, ¿qué es ‘chuculia’?, era una bebida de cualquier cosa que mi abuela le puso un nombre. Ella se inventaba los nombres, realmente la magia de toda esta creatividad, venía de mi abuela”.
Una obra en homenaje
Gabriel Eligio es contador de profesión y toda su vida ‘contó’ números. Un día cualquiera la creatividad familiar lo llamó y las operaciones matemáticas se volvieron letras y empezó a escribir.
De hecho, actualmente acaba de terminar su primera novela y espera publicarla como una especie de homenaje a su tío Gabo.
“Esa novela se la llevó el huracán Katrina cuando yo la tenía manuscrita en Miami junto con muchas cosas que había escrito. Cuando le comenté a Gabo que la novela se me había perdido me dijo que no me preocupara que seguro esa novela iba a ser mala y cuando la reescribiera me iba a dar cuenta. 20 años después la reescribí en honor a él”.
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