El Diario de Pereira. Enero 16 de 2025.
En tiempos en que la humanidad debate sobre los potenciales peligros de una Inteligencia Artificial (IA) que desde su algoritmos basados en autoaprendizaje están incidiendo en actividades que profundizan la polarización, propiciando la caída de gobiernos mediante noticias falsas, estimulando acciones violentas a los jóvenes que, en ciertas circunstancias, inclusive los lleva al suicidio; estas herramientas tecnológicas acaban de eliminar los controles independientes para la verificación de la información y los dejan en manos de los usuarios.
“Meta, la compañía de Mark Zuckerberg que maneja Facebook e Instagram, anunció que abandona el uso de verificadores de datos independientes en esas dos redes sociales. La veracidad de datos será sustituida por «notas comunitarias», similares a las que aparecen en X…”
Harari en su libro Nexus y Michio Kaku en su obra Supremacía cuántica, contribuyen a esclarecer la nueva etapa a la que ingresa la humanidad que conllevará a profundos cambios en el desarrollo de nuestra civilización, de allí la alerta para ser extremadamente cuidadosos con el camino que estamos transitando y aún a tiempo de implementar controles para que no implosionemos como sociedad y como especie.
Existen en la actualidad algoritmos que están tomando sus propias decisiones en campos económicos, políticos, financieros. En áreas como la salud, ya existen redes de información no humanas, como las redes de computadores conectados entre si y con capacidad, reitero, de tomar decisiones que afectan a toda la humanidad.
Estas redes transfieren cualquier responsabilidad a los usuarios, a pesar de sus nefastas incidencias como lo que está sucediendo en Myanmar (anteriormente Birmania), donde el odio interracial es estimulado desde redes como Facebook. Sus algoritmos deciden que noticias se promueven, principalmente las que hacen referencia al odio entre pueblos, a teorías conspirativas, que son las que más usuarios y Likes generan. Actualmente hay una campaña mundial exigiéndole a Facebook que pague indemnizaciones por haber permitido el odio y la discriminación contra el pueblo de los Rohinyás. Y como este ejemplo, existe una amplia lista de eventos de compleja y dudosa moral.
Paralelamente se están desarrollando computadores cuánticos como el de Google, Sycamore, que puede resolver en pocos segundos un problema matemático que llevaría diez mil años al computador más rápido de la actualidad en el mundo. Estos nuevos computadores cuánticos están en capacidad de resolver situaciones que ninguna computadora digital puede resolver, “…ni siquiera con una cantidad infinita de tiempo”. Se podrá calcular con precisión cómo “…combinar átomos para crear reacciones químicas esenciales para la vida”, para la cura de enfermedades como el Alzhéimer, las cuales podrán ser descifradas y comprender su funcionamiento. Este sería un efecto positivo y deseable, detrás del cual se esconden los verdaderos peligros de una tecnología sin control.
Al integrar la IA con la computación cuántica se está llegando al final de una etapa de la historia de la humanidad, llegamos a una era que tendrá profundas consecuencias para la vida, lo que exige una intervención urgente para controlar estas plataformas tecnológicas que solo ven en sus objetivos corporativos cuantos usuarios llegan a sus “redes”, para aumentar sus utilidades financieras, pero de aquello de la ética, la objetividad, la censura a la falsa noticia, al control a la difusión del odio y la discriminación, poco les interesa, cuantos más likes, más suena la caja $, y eso es lo que importa.
“Meta, la compañía de Mark Zuckerberg que maneja Facebook e Instagram, anunció que abandona el uso de verificadores de datos independientes en esas dos redes sociales. La veracidad de datos será sustituida por «notas comunitarias», similares a las que aparecen en X…”
Harari en su libro Nexus y Michio Kaku en su obra Supremacía cuántica, contribuyen a esclarecer la nueva etapa a la que ingresa la humanidad que conllevará a profundos cambios en el desarrollo de nuestra civilización, de allí la alerta para ser extremadamente cuidadosos con el camino que estamos transitando y aún a tiempo de implementar controles para que no implosionemos como sociedad y como especie.
Existen en la actualidad algoritmos que están tomando sus propias decisiones en campos económicos, políticos, financieros. En áreas como la salud, ya existen redes de información no humanas, como las redes de computadores conectados entre si y con capacidad, reitero, de tomar decisiones que afectan a toda la humanidad.
Estas redes transfieren cualquier responsabilidad a los usuarios, a pesar de sus nefastas incidencias como lo que está sucediendo en Myanmar (anteriormente Birmania), donde el odio interracial es estimulado desde redes como Facebook. Sus algoritmos deciden que noticias se promueven, principalmente las que hacen referencia al odio entre pueblos, a teorías conspirativas, que son las que más usuarios y Likes generan. Actualmente hay una campaña mundial exigiéndole a Facebook que pague indemnizaciones por haber permitido el odio y la discriminación contra el pueblo de los Rohinyás. Y como este ejemplo, existe una amplia lista de eventos de compleja y dudosa moral.
Paralelamente se están desarrollando computadores cuánticos como el de Google, Sycamore, que puede resolver en pocos segundos un problema matemático que llevaría diez mil años al computador más rápido de la actualidad en el mundo. Estos nuevos computadores cuánticos están en capacidad de resolver situaciones que ninguna computadora digital puede resolver, “…ni siquiera con una cantidad infinita de tiempo”. Se podrá calcular con precisión cómo “…combinar átomos para crear reacciones químicas esenciales para la vida”, para la cura de enfermedades como el Alzhéimer, las cuales podrán ser descifradas y comprender su funcionamiento. Este sería un efecto positivo y deseable, detrás del cual se esconden los verdaderos peligros de una tecnología sin control.
Al integrar la IA con la computación cuántica se está llegando al final de una etapa de la historia de la humanidad, llegamos a una era que tendrá profundas consecuencias para la vida, lo que exige una intervención urgente para controlar estas plataformas tecnológicas que solo ven en sus objetivos corporativos cuantos usuarios llegan a sus “redes”, para aumentar sus utilidades financieras, pero de aquello de la ética, la objetividad, la censura a la falsa noticia, al control a la difusión del odio y la discriminación, poco les interesa, cuantos más likes, más suena la caja $, y eso es lo que importa.
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