EL
PAISAJE CULTURAL CAFETERO DEL CENTRO OCCIDENTE DE COLOMBIA
Arq. Juan Manuel Sarmiento Nova*
Introducción
El paisaje es definido -en la lengua
castellana-, como parte de un territorio que puede ser observado desde un
determinado lugar y que es admirado por su aspecto artístico. Cuando ese
paisaje natural es intervenido por el ser humano y se lo apropia para su vida y
desarrollo, se convierte en historia, en tradición, en cultura, en un lugar
para la memoria. Es donde se gestan los conjuntos de modos de vida y de
costumbres, de conocimientos y grado de desarrollo artístico, de un grupo
social.
En este paisaje intervenido por los
seres humanos se cultiva, se desarrolla, se ejercita el talento, el ingenio, la
memoria de la comunidad que lo gesta. En ese cultivo se plasman sus formas de
vida, la historia del territorio, su geografía, su memoria, sus tradiciones, su
actividad económica, sus expresiones materiales e inmateriales. Es decir, su
cultura. (Cultura viene del latín cultere, que significa cultivo,
crianza, según el DRAE.)
La Conferencia General de la
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura
– UNESCO-, reunida en París en 1972, promulgó la Convención del Patrimonio
Mundial Cultural y Natural. En 1992 acuñó el concepto de “Paisajes
Culturales” como esos lugares que “…ilustran la evolución de la sociedad humana
y sus asentamientos a lo largo del tiempo, condicionados por las limitaciones
y/o oportunidades físicas que presenta su entorno natural y por las sucesivas
fuerzas sociales, económicas y culturales, tanto externas como internas.”
El paisaje cultural es
el resultado de la interacción en el tiempo de las personas y el medio natural,
cuya expresión es un territorio percibido y valorado por sus cualidades culturales,
producto de un proceso y soporte de la identidad de una comunidad.
El inicio de una historia
En 1990 la Alcaldía de
Salamina solicitó a la Universidad Nacional de Colombia –Sede Manizales-, la
elaboración de la Reglamentación para el centro histórico de Salamina el cual
había sido declarado Monumento Nacional por el Gobierno Nacional – en conjunto
con los centros históricos de los municipios de Aguadas y de Marmato- en 1982.
Producto del estudio que significó este proceso los académicos investigadores
pusieron en valor el urbanismo y la arquitectura de Salamina, resultado el
primero, de las fundaciones de nuevos poblados sobre las onduladas montañas, en
el siglo XIX, con el damero tradicional implantado por las Leyes de Indias en
la colonia española, en esa epopeya que la historia ha conocido como la
colonización antioqueña; y la segunda, la arquitectura, resultado, a su vez, de
la riqueza del café que cambió y definió la vida de la región desde los últimos
años del siglo XIX hasta las primeras décadas del XX.
Como lo indicaban los
procedimientos de la época, el Centro Filial de Caldas del Consejo de
Monumentos Nacionales, en 1995, inició los trámites para solicitar a la UNESCO
la inclusión del centro histórico de Salamina en la Lista de Patrimonio
Mundial. Hechas las primeras consultas, el Centro de Patrimonio Mundial de
UNESCO consideró ser más apropiado usar la figura de paisaje cultural, habida
cuenta de los diferentes temas que se concentran en esta región. A partir de
allí resultó obvio definir el cultivo, el beneficio y el comercio del café como
el aglutinador que modificó su historia.
Luego de gestiones con
el Ministerio de Cultura, la Gobernación de Caldas y la Universidad Nacional –
Sede Manizales unieron esfuerzos para realizar el primer expediente que se
presentó a la UNESCO en el mes de febrero de 2001, elaborado por un equipo
dirigido por el arquitecto Juan Manuel Sarmiento N. La UNESCO hizo algunas
observaciones y pidió se hicieran unos ajustes y precisiones.
A renglón seguido la Dirección
de Patrimonio del Ministerio de Cultura convocó a los gobernadores de los
departamentos de Antioquia, Caldas, Quindío, Risaralda, Tolima y el Valle del
Cauca, es decir, la zona cafetera del centro occidente del país para sumarse a
este proyecto que comenzó a conocerse como el Paisaje Cultural Cafetero. A su
vez, el Centro Filial de Caldas convocó a los docentes de las universidades de
la región que trabajaban temas afines con el patrimonio cultural; de esta forma
se fue armando un equipo interdisciplinario de investigadores que llegó a estar
formado por cerca de ochenta personas.
Con muchas vicisitudes
se inició el proyecto; debido a la falta de presupuesto y de apoyo de algunas
entidades estatales regionales el camino fue lento y dispendioso. A pesar de
ello se hicieron varias reuniones en ciudades como Manizales, Salento, Pereira
y Sevilla, entre otras. En ese marco se fue perfilando la conceptualización
sobre el tema, se identificaron actores, y se definieron criterios. En 2004,
cuando se iniciaron los períodos de nuevas gobernaciones y alcaldías, se retomó
el tema con más fuerza apoyado directamente por la Dirección de Patrimonio del
Ministerio de Cultura en la cabeza de la arquitecta Katya González. En reunión
de secretarios de cultura de todo el país, convocada por Mincultura, se trató
el tema con los delegados de los departamentos interesados. En ese momento, los
delegados de los departamentos de Antioquia y del Tolima se retiraron del
proyecto.
Figura 1. La zona principal del PCCC se marca en la imagen en color
amarillo. Con una línea roja se define la zona de amortiguamiento. El PCCC
incluye territorios de 51 municipios de los departamentos de Caldas, Risaralda,
Quindío y Valle del Cauca. (Fuente: Expediente del PCCC, 2010)
En 2005 CORPOCALDAS,
en unión con la Gobernación de Caldas, contrataron a la Universidad Nacional
para realizar el primer diagnóstico del Paisaje Cultural Cafetero bajo la
dirección de los profesores Fabio Rincón y Álvaro Gutiérrez. Paralelamente en
las secretarías de cultura de los demás departamentos, así como en las
corporaciones autónomas regionales y en las universidades, se adelantaron los
diagnósticos de sus regiones. Todo esto concluyó en la presentación del segundo
expediente a la UNESCO coordinado por el arquitecto Carlos Nieto, funcionario
de la Dirección de Patrimonio de Mincultura.
Una vez se recibieron
las anotaciones de UNESCO el trabajo continuó, contando con su asesoría directa
para lo cual envió dos expertos con quienes se llevó a cabo trabajo de campo y
reuniones en diferentes sitios.
Al finalizar los
períodos de los gobernadores, en diciembre de 2007 se presentó el resultado de
los estudios a la Federación Nacional de Cafeteros que, entusiasmada con el
proyecto, firmó un convenio con el Ministerio de Cultura para producir el
siguiente expediente el cual se presentó en 2010 a la UNESCO.
Finalmente, el Paisaje
Cultural Cafetero de Colombia fue inscrito en la Lista de Patrimonio Mundial de
UNESCO en la sesión del Comité de Patrimonio Mundial de UNESCO llevada a cabo
en el mes de junio de 2011.
Los valores del PCCC
De los seis valores
definidos por la UNESCO para la inscripción de un bien, el equipo técnico de
trabajo se basó en dos de estos criterios:
Criterio V
“Ser un ejemplo
destacado de formas tradicionales de asentamiento humano o de utilización de la
tierra o del mar, representativas de una cultura (o de varias culturas), o de
la interacción del hombre con el entorno, sobre todo cuando este se ha vuelto
vulnerable debido al impacto de cambios irreversibles”. (Convención del
Patrimonio Mundial, 2008).
El PCCC es un ejemplo
excepcional de un paisaje cultural productivo en la actualidad. Miles de
familias lo han construido a lo largo de más de cien años aportando
conocimiento e innovación para el cultivo, beneficio y comercio del café.
Criterio VI
“Estar directa o
materialmente asociado con acontecimientos o tradiciones vivas, ideas,
creencias u obras artísticas y literarias que tengan una importancia universal
excepcional” (Convención del Patrimonio Mundial, 2008).
La cultura asociada al
cultivo del café es uno de los símbolos de la nacionalidad colombiana.
Tradiciones y manifestaciones tangibles e intangibles, como la arquitectura, el
urbanismo, la gastronomía, la música, la indumentaria, festividades civiles y
religiosas, entre otras, son características de una cultura rural que se
transmiten de generación en generación.
Atributos del PCCC
El equipo
interdisciplinario identificó los atributos que distinguen la región del PCCC,
que son dieciséis en total. Unos están relacionados con el cultivo de café
(café de montaña, edad de la caficultura, cultivo en ladera, predominio del
café, cultivos múltiples, institucionalidad cafetera); otros con el hábitat
(disponibilidad hídrica, patrimonio natural, temperatura, humedad relativa,
régimen de lluvias); y algunos otros que hacen referencia a las expresiones
culturales (patrimonio arqueológico, arquitectura, urbanismo, saberes
culinarios, artesanías, literatura, etc.)
Figura 2. La tradición cafetera ha pasado de generación en generación. (Fuente:
Expediente del PCCC, 2010)
Valores excepcionales del PCCC
Las difíciles
condiciones geográficas de la región, así como la participación comunitaria en
su producción, y sumado a ellas la presencia institucional de la Federación
Nacional de Cafeteros, son hechos que resaltan la vida en torno al café en la
región.
La investigación
identificó cuatro valores excepcionales que reflejan la estrecha relación entre
el hombre y la naturaleza.
Valor 1. Esfuerzo
humano familiar, generacional e histórico para la producción de un café de
excelente calidad en el marco de un desarrollo sostenible.
Valor 2. Cultura
cafetera para el mundo.
Valor 3. Capital
social estratégico construido alrededor de una institucionalidad.
Valor 4. Relación
entre tradición y tecnología para garantizar la calidad y sostenibilidad del
producto.
Figura 3. Los medios de transporte de la región, la chiva, el yipao y la
mula, así como la arquitectura vernácula, son manifestaciones culturales del
PCCC. (Fuente: Expediente del PCCC, 2010)
Plan de manejo
Con el fin de
establecer las acciones que se requieren para compensar y corregir los efectos
negativos en el cultivo, beneficio y comercio del café y, por tanto, en el PCCC,
se diseñó un Plan de Manejo, concebido para la salvaguarda y orientación del
desarrollo del bien como patrimonio de la humanidad.
Se diseñó la
organización institucional del PCCC que cuenta con un Comité Directivo
compuesto por el Ministerio de Cultura, las gobernaciones, las universidades y
la Federación Nacional de Cafeteros. Existe también un Comité Técnico Regional:
Gobernaciones, un delegado de las CAR, del Comité de Cafeteros y de las
universidades. Por último, en cada departamento se constituyó un Comité Técnico
Departamental en el cual tienen asiento el secretario de cultura del
departamento, un delegado de la Secretaría de Desarrollo, un delegado de
Planeación Departamental, un delegado de Turismo, un delegado de la CAR, un
delegado de las universidades y un delegado del Comité de Cafeteros.
Por último, el Plan de
Manejo tiene seis objetivos:
Objetivo 1. Fomentar la competitividad de la actividad cafetera
Objetivo 2. Promover el desarrollo de la comunidad cafetera y su entorno
Objetivo3. Conservar, revitalizar y promover el patrimonio cultural y
articularlo al desarrollo regional
Objetivo 4. Fortalecer el capital social cafetero
Objetivo 5. Impulsar la integración y el desarrollo regional
Objetivo 6. Apoyar la sostenibilidad productiva y ambiental del PCCC.
…
* Profesor Universidad Nacional de
Colombia, Sede Manizales
Referencias
Ministerio de Cultura
(2010). Expediente del Paisaje Cultural Cafetero para presentar a la
UNESCO.
Ministerio de Cultura
– Universidad La Gran Colombia, Armenia. (s.f.). Paisaje Cultural Cafetero.
Excepcional fusión entre naturaleza, cultura y trabajo colectivo.
Fuente: SMP Manizales 1912-2022: “Ciento Diez Años de Civilidad”.
*****
ENLACES DEL MUSEO SAMOGA U.N.:
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